Asnef protege tu identidad


Este es un Blog con el que la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (ASNEF), ofrece información a los ciudadanos para que sepan proteger su identidad contra el uso fraudulento que de la misma pudieran hacer otras personas en operaciones financieras o comerciales.

El Blog ofrece también información sobre el Fichero de auto-inclusión “ASNEF PROTECCIÓN”, que está aprobado por la Agencia Española de Protección de Datos, y en el que los ciudadanos pueden incluirse entrando para ello en su página Web: www.asnefproteccion.es

Este es un fichero de uso gratuito para los ciudadanos que quieran preservar su identidad en la actividad financiera y comercial.

Resulta especialmente útil para aquellas personas que hayan perdido o a las que les hayan sustraído su DNI o su Tarjeta de Residencia, y no quieran ser víctimas del

ROBO DE IDENTIDAD

martes, 14 de octubre de 2014

Los desencuentros que ocasionan las suplantaciones de identidad



La usurpación de la identidad por los delincuentes ocasiona dos grupos de víctimas: los verdaderos titulares de las identidades suplantadas que se enfrentan por esta causa a numerosos trastornos personales y económicos que perjudican su buen nombre y solvencia, y las entidades financieras o comerciales estafadas que perdieron el dinero que entregaron mediante el engaño.

Vamos a analizar seguidamente las razones que a veces originan el desencuentro entre ambos grupos de víctimas con el fin de que un mejor conocimiento del problema y la puesta en funcionamiento de algunas medidas que faciliten el encuentro, sirvan para que ambos grupos de víctimas se pongan del mismo lado frente a los delincuentes.

Sucede que cuando los delincuentes que usurpan las identidades de los ciudadanos dejan de pagar las deudas que contraen con sus actividades delictivas, las entidades financieras perjudicadas inician los procedimientos establecidos internamente para la recuperación de las deudas, procediendo contra los verdaderos titulares de las identidades suplantadas, puesto que desconocen que se han producido las usurpaciones de identidad.

Es en ese proceso de recuperación de deudas cuando se produce la desconexión informativa entre los verdaderos titulares de las identidades suplantadas y las empresas financieras y comerciales, puesto que los estafadores suelen modificar algunos de los datos que constan en los documentos identificativos, y especialmente los domicilios, impidiendo así que las entidades de crédito o las comerciales puedan  comunicarse con los verdaderos titulares con anterioridad al  inicio de los procedimientos civiles de recuperación de deuda.

La  desconexión informativa entre los verdaderos titulares de las identidades suplantadas y las entidades financieras y comerciales victimizadas ocasiona situaciones desagradables para ambas partes,  puesto que frecuentemente,  el conocimiento de la existencia de estos procedimientos abiertos por parte de los verdaderos titulares de las suplantaciones,  se produce cuando aquellos acuden a alguna entidad financiera a solicitar un crédito, o cuando a sus domicilios les llega una citación judicial.

Este es un problema de desconexión informativa que no suelen tenerlo ni la Policía ni los Juzgados, porque cuando estas instituciones públicas inician sus investigaciones tienen un fácil acceso a las bases de datos estatales de identificación, lo que no sucede con las empresas victimizadas que no pueden comprobar estos extremos por imposibilidad legal.

Aunque esta limitación legal dificulta que las entidades financieras y comerciales con interés legítimo puedan acudir a fuentes oficiales de identificación para la comprobación de las identidades y por eso surgen fallos, resulta comprensible la indignación de los  verdaderos titulares de las identidades suplantadas contra las entidades financieras y contra las empresas responsables del funcionamiento de los ficheros de solvencia, cuando conocen su inclusión en los mismos por la existencia de deudas que no son suyas.

Es por ello por lo que resulta importante que sean las propias empresas financieras y comerciales las que cuiden que no se desborden estas situaciones incómodas, facilitando  a los ciudadanos la información necesaria para que éstos puedan solucionar con rapidez el problema personal que les originan las usurpaciones de sus identidades, lo que exige una formación adecuada de los empleados que se encargan de los departamentos de reclamaciones, para que sepan gestionar  de forma profesional cualquier tipo de conflicto.

Los empleados deben saber explicar a los ciudadanos las razones que permitieron a las entidades financieras o comerciales la cesión de sus datos a los ficheros de morosidad, haciéndoles ver que sus empresas  fueron  también víctimas de las suplantaciones de identidad  y que por ello están sufriendo perjuicios económicos.

Siempre resulta aconsejable que a los ciudadanos se les pidan disculpas por las incomodidades que están sufriendo, asegurándoles que una vez  aclaren la situación no tendrán que preocuparse de las deudas ni de su inclusión en los ficheros de morosidad. Hay que hacerles saber también que el sector financiero y comercial carece de las herramientas y autorizaciones oficiales necesarias para poder verificar las identidades de los ciudadanos en los ficheros públicos, lo que evitaría una gran parte de las actuales suplantaciones de identidad, al mismo tiempo que se les informará  sobre los pasos que deben dar para solucionar los problemas derivados de las usurpaciones.


En las suplantaciones de identidad se enfrentan dos derechos legítimos, el de las entidades victimizadas a las que los delincuentes han estafado, y el de los verdaderos titulares de las identidades suplantadas. Con todo, los empleados de las entidades deben ser conscientes que los ciudadanos suplantados están sufriendo una doble victimización; la primera derivada del propio hecho de la suplantación, que les obliga a numerosas gestiones en organismos públicos y privados, y la segunda, porque al estar cedidos sus datos personales a los ficheros de morosidad, se les está impidiendo el acceso al crédito o se les está dificultando en ese momento la consumación de algún negocio. En esta situación de conflicto evidente, las entidades son las que deben actuar con más delicadeza gracias a su profesionalidad, evitando así efectos reputacionales negativos en los ciudadanos afectados, y en sus familias y amistades.